El fitoplacton y las sustancias que generan estas diminutas plantas al descomponerse son una serie de elementos que absorben y distribuyen la luz, otorgándole al mar una tonalidad verdosa.
Unos investigadores estadounidenses han llevado a cabo un estudio dicen que el color que adquiere el océano influye en la distribución e intensidad de los huracanes, tormentas tropicales y tifones, conocidas bajo el nombre genérico de ciclones tropicales.
Los investigadores, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y Anand Gnanadesikan, han desarrollado varios modelos para evaluar cómo el proceso de absorción de los rayos solares por parte del material presente en el océano afecta al clima.
El fitoplacton, por regla general, atrapa el calor y calienta la superficie del agua, dando lugar a estos huracanes.
Sin embargo, cuando hay menos fitoplacton, los rayos solares penetran el agua más profundamente, dejando la superficie fría y por lo tanto, los huracanes no se llegan a formar.
Después de analizar los datos de una de las regiones de aguas más limpias del océano, en el Pacífico Norte, "notamos con sorpresa que, aunque el material en el agua es mínimo, es suficiente como para atrapar calor cercar de la superficie y dar lugar a la formación de huracanes".
"El hecho de que el océano no sea totalmente claro en el Pacífico Norte puede influir en cuántos huracanes se formarán y cómo de fuertes llegarán a ser", dijo Gnanadesikan.
También dice que lo curioso es que "si estudias el color del océano pensarías que es importante en las zonas en donde hay mucho, pero lo que descubrimos es que tiene impacto incluso en aquellas zonas donde hay muy poco".
De la misma manera, los investigadores notaron que si las zonas más alejadas del Ecuador tuviesen poco color, se tornarían más frías, por lo que los huracanes no se formarían allí, sino en zonas más cálidas del Ecuador.
"Si tuviésemos menos color en el Pacífico, veríamos una caída del 70% en los huracanes de ese océano y una disminución del 15% en el océano Atlántico", explicó Gnanadesikan.
Lo interesante es que el impacto del color es diferente según la región. "Si hay menos color en una región donde de por sí hay muy poco, esto podría causar una disminución de los huracanes. Pero si ocurre en regiones donde hay mucho fitoplancton, podría tener el efecto contrario", señaló el experto.
"La respuesta varía mucho. Depende de si el color se encuentra en una zona de gran circulación, donde el calor puede llegar a ser empujado por las corrientes o si está en una zona de aguas estancadas. Las zonas donde hay circulación son mucho más sensibles que las zonas quietas", aclara Gnanadesikan.
El hecho de que la respuesta sea tan cambiante de acuerdo a la región es precisamente lo que ha impedido que los científicos pudiesen entender claramente cómo la biología afecta al clima.
Aunque hay dificultades para aclarar todo esto, los investigadores opinan que es muy importante estudiar el impacto del color, sobre todo, porque el cambio climático está generando una reducción en los niveles de fitoplacton en el mar.
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