La noticia ha sido mantenida en secreto desde junio para permitir que los oseznos se desarrollaran tranquilamente.
Son dos bebés panda rojos, una especie nativa del sudeste de Asia, que a diferencia del panda grande, se parece más a un mapache y se alimenta también de bambú.
"La madre ha escondido hasta ahora a los cachorros en la seguridad de la morada interna", ha dicho la directora del zoo, Davorka Maljkovic.
El panda rojo está en peligro de extinción, ya que se ha calculado que en todo el mundo sólo viven unos 2.500 animales adultos y ese número va disminuyendo en la naturaleza. Sólo unos pocos se están reproduciendo en zoológicos.
En este zoo, éstos dos pandas son los primeros oseznos en los doce años que el animal ha estado en cautiverio en Zagreb.
En un principio parecía que la hembra no había aceptado al macho Jorrito de 7 años, que procede de un zoo francés, pero con el paso del tiempo se hicieron pareja y se aparearon, por lo que al final en junio nacieron las dos crías.
Los bebés ya han empezado a salir al aire libre, siempre con la mirada atenta de sus padres, gozando de sus primeros bocados de hojas de bambú.
Son dos bebés panda rojos, una especie nativa del sudeste de Asia, que a diferencia del panda grande, se parece más a un mapache y se alimenta también de bambú.
"La madre ha escondido hasta ahora a los cachorros en la seguridad de la morada interna", ha dicho la directora del zoo, Davorka Maljkovic.
El panda rojo está en peligro de extinción, ya que se ha calculado que en todo el mundo sólo viven unos 2.500 animales adultos y ese número va disminuyendo en la naturaleza. Sólo unos pocos se están reproduciendo en zoológicos.
En este zoo, éstos dos pandas son los primeros oseznos en los doce años que el animal ha estado en cautiverio en Zagreb.
En un principio parecía que la hembra no había aceptado al macho Jorrito de 7 años, que procede de un zoo francés, pero con el paso del tiempo se hicieron pareja y se aparearon, por lo que al final en junio nacieron las dos crías.
Los bebés ya han empezado a salir al aire libre, siempre con la mirada atenta de sus padres, gozando de sus primeros bocados de hojas de bambú.
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