Los científicos han comprobado que tres días antes de que pasara el terremoto de L'Aquila en Italia el pasado 2009, las colonias de sapos que habitaban en la capital de los Abruzos desaparecieron, abandonaron la zona alertadas por el inminente seísmo.
Este sapo común por lo tanto, es capaz de predecir terremotos, porque abandona las áreas sísmicas antes de que se produzcan los temblores.
De todas formas, sigue siendo un misterio que pudieran predecir el temblor, pero las colonias de sapos en un radio de 74 kilómetros desde el epicentro del temblor se redujeron en un 96%.
En el maremoto de Indonesia sucedió lo mismo con varios animales, aunque en el mismo día, muchos de ellos salieron corriendo hacia la montaña unas horas antes de que la catástrofe sucediera.
Sobre este tema se han hecho varios estudios, sobre todo en animales domésticos, pero nunca se había estudiado la reacción de los animales salvajes antes sucesos tan impredecibles e infrecuentes como los terremotos.
Fue la Doctora Grant, autora del estudio, la que estaba estudiando a las colonias de sapos comunes en el lago de San Ruffino, a 74 kilómetros de la ciudad, cuando se dio cuenta de que el 96% de los machos había abandonado el lugar cinco días antes de producirse en terremoto. La científica ha dicho que es un comportamiento extraño para los machos, porque una vez que finalizan la cópula, permanecen varios días en la colonia, hasta que la puesta de huevos finaliza.
Además, tres días antes del seísmo no quedaba ni un sapo en la zona, se encontraron los huevos seis días antes y seis días después, pero durante no.
Este sapo común por lo tanto, es capaz de predecir terremotos, porque abandona las áreas sísmicas antes de que se produzcan los temblores.
De todas formas, sigue siendo un misterio que pudieran predecir el temblor, pero las colonias de sapos en un radio de 74 kilómetros desde el epicentro del temblor se redujeron en un 96%.
En el maremoto de Indonesia sucedió lo mismo con varios animales, aunque en el mismo día, muchos de ellos salieron corriendo hacia la montaña unas horas antes de que la catástrofe sucediera.
Sobre este tema se han hecho varios estudios, sobre todo en animales domésticos, pero nunca se había estudiado la reacción de los animales salvajes antes sucesos tan impredecibles e infrecuentes como los terremotos.
Fue la Doctora Grant, autora del estudio, la que estaba estudiando a las colonias de sapos comunes en el lago de San Ruffino, a 74 kilómetros de la ciudad, cuando se dio cuenta de que el 96% de los machos había abandonado el lugar cinco días antes de producirse en terremoto. La científica ha dicho que es un comportamiento extraño para los machos, porque una vez que finalizan la cópula, permanecen varios días en la colonia, hasta que la puesta de huevos finaliza.
Además, tres días antes del seísmo no quedaba ni un sapo en la zona, se encontraron los huevos seis días antes y seis días después, pero durante no.
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