En tres regiones occidentales de Hungría se ha declarado el estado de emergencia por un vertido de lodo tóxico de una empresa de aluminio.
Este accidente ha producido tres muertes, seis desaparecidos y 116 heridos.
En la localidad de Ajka, el vertido tóxico se produjo ayer por la ruptura de un dique de un material conocido como "barro rojo" y es una sustancia química muy tóxica, corrosiva y alcalina, por lo que se ha declarado el estado de emergencia de Veszprem, Gyor-Moson-Sopron y Vas.
En el siniestro han sido afectados siete pueblos y todas las víctimas son vecinos. Los fallecidos son un hombre, una mujer y un menor, que fueron arrastrados por el lodo formado por el agua y un millón de metros cúbicos de esa sustancia química.
Ese "barro rojo" es un residuo que se produce durante la producción de aluminio y tiene grandes cantidades de hierro, silicio y otros metales pesados.
Al entrar en contacto con la sustancia corrosiva, los heridos han sufrido quemaduras de diferentes grados. Ocho de ellos se encuentran en estado grave.
Según el secretario de Estado de Medio Ambiente, Zoltán Illés, "es una catástrofe ecológica" y ha indicado que el vertido amenaza tres ríos húngaros, incluyendo al Danubio.
Los equipos de rescate han comenzado a arrojar desde helicópteros yeso sobre el lodo tóxico y otros productos neutralizadores sobre el río Marcal para evitar que la sustancia tóxica se extienda.
Para ayudar a la población afectada y tratar de contener la fuga química, se han movilizado a centenares de bomberos, soldados y miembros de los equipos de rescate.
Las aguas contaminadas han inundado más de 400 inmuebles en Devecser, obligando la evacuación de sus habitantes y en las cercanías de los pueblos afectados, también se ha prohibído el transporte hasta que no finalicen las operaciones de transporte y consigan algo de normalidad.
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