Después del tifón ketsana, filipinas ha pedido a los países ricos que corten las emisiones de gases invernaderos, en un comunicado que ha potenciado la alarma mundial del cambio climático.
Esta alerta se ha producido en Bangkok, donde ha habido una nueva ronda de negociaciones previas a la Cumbre sobre Cambio Climático que se celebrará en Copenhague en diciembre y donde participan unos mil setecientos representantes de más de 170 naciones.
Después del sufrido en Ketsana, que ha causado 377 muertes en el sureste asiático: 277 en Filipinas, 86 en Vietnam y 9 en Cambodia, unos tres millones de damnificados, miles de viviendas destruidas y pérdidas multimillonarias, la región se encuentra amenazada por el Parma, que es otro "supertifón" para los meteorólogos.
Si no actúan rapido, la catástrofe será mucho mayor: "Nuestros hijos y nuestros nietos no nos perdonarán, a menos que tomemos decisiones. Nos queda poco tiempo, afirmó el primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva, en la apertura de la cita de la ONU el lunes pasado.
Heherson Alvarez, representante de la delegación de Manila, ha dicho que espera que el sentido de urgencia de necesidad de protección segura ya haya llegado a los países desarrollados.
Ketsana puso en evidencia las consecuencias del cambio climático.
Los países ricos deben actuar "para moderar estas tormentas y librar al mundo del empobrecedro y devastador impacto de la evolución del clima", añadió.
La propuesta de Filipinas demanda "profundos y rápidos" recortes de las emisiones por encima del 30 por ciento de 2013 al 2017 y en más de un 50 por ciento entre el 2018 al 2020, comparadas con los niveles del año 1990.
Heherson dije que las metas actuales de las naciones industrializadas fijadas del 15 al 22 por ciento, no son muy esperanzadoras.
Según el Banco Mundial, el coste global para los paises ricos que le supondrá la adaptación al cambio climático oscila entre 75-100 mil millones de dólares en el periodo 2010-2050.
Las negociaciones de Bangkok que están convocadas hasta el 9 de octubre, constituyen la última ronda de una serie de conversaciones previas con vista a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, convocada para diciembre en Dinamarca.
Esta alerta se ha producido en Bangkok, donde ha habido una nueva ronda de negociaciones previas a la Cumbre sobre Cambio Climático que se celebrará en Copenhague en diciembre y donde participan unos mil setecientos representantes de más de 170 naciones.
Después del sufrido en Ketsana, que ha causado 377 muertes en el sureste asiático: 277 en Filipinas, 86 en Vietnam y 9 en Cambodia, unos tres millones de damnificados, miles de viviendas destruidas y pérdidas multimillonarias, la región se encuentra amenazada por el Parma, que es otro "supertifón" para los meteorólogos.
Si no actúan rapido, la catástrofe será mucho mayor: "Nuestros hijos y nuestros nietos no nos perdonarán, a menos que tomemos decisiones. Nos queda poco tiempo, afirmó el primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva, en la apertura de la cita de la ONU el lunes pasado.
Heherson Alvarez, representante de la delegación de Manila, ha dicho que espera que el sentido de urgencia de necesidad de protección segura ya haya llegado a los países desarrollados.
Ketsana puso en evidencia las consecuencias del cambio climático.
Los países ricos deben actuar "para moderar estas tormentas y librar al mundo del empobrecedro y devastador impacto de la evolución del clima", añadió.
La propuesta de Filipinas demanda "profundos y rápidos" recortes de las emisiones por encima del 30 por ciento de 2013 al 2017 y en más de un 50 por ciento entre el 2018 al 2020, comparadas con los niveles del año 1990.
Heherson dije que las metas actuales de las naciones industrializadas fijadas del 15 al 22 por ciento, no son muy esperanzadoras.
Según el Banco Mundial, el coste global para los paises ricos que le supondrá la adaptación al cambio climático oscila entre 75-100 mil millones de dólares en el periodo 2010-2050.
Las negociaciones de Bangkok que están convocadas hasta el 9 de octubre, constituyen la última ronda de una serie de conversaciones previas con vista a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, convocada para diciembre en Dinamarca.
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