Por una mutación genética, los mamuts podían sobrevivir a las bajas temperaturas. Tenían una forma de anticongelante en la sangre y así mantenían los cuerpos abastecidos de oxígeno en el frío extremo.
Científicos de Australia y Canadá han llegado a esta conclusión, después de resucitar una proteína de la sangre de un mamut lanudo.
Se llama hemoglobina y se encuentra en los glóbulos rojos. A esta proteína se adhiere el oxígeno para ser transportado al organismo.
La capacidad de la hemoglobina para llevar oxígeno hacia los tejidos del cuerpo normalmente se ve alterada por el frío, pero los mamuts tenían una adaptación genética que les permitía que la hemoglobina liberara oxígeno aún en temperaturas extremadamente bajas.
Esta investigación se ha publicado en la revista "Nature Genetics" y en ella han secuenciado genes de hemoglobina del ADN perteneciente a tres mamuts siberianos que tienen decenas de millones de años de antigüedad y que habían quedado conservados en el "permafrost" (capa de hielo permanentemente congelado).
Las secuencias de ADN fueron convertidas a ARN (molécula similar al ADN que es clave en la producción de proteínas) e insertadas en una bacteria de E.coli. Este microorganismo produjo la proteína del mamut, tal cual esperaban.
"Con estas moléculas de hemoglobina resultantes, fue como si hubiéramos regresado en el tiempo para tomar muestras de sangre de un mamut real", dijo Kevin Campbell, de la Universidad de Manitoba - Canadá y uno de los autores del estudio.
Después, los investigadores analizaron las proteínas "resucitadas" del mamut y encontraron tres cambios distintivos en la secuencia de la hemoglobina con los cuales ésta podía transportar oxígeno en la sangre hacia las células incluso a temperaturas extremadamente bajas.
Los científicos afirman que esto es algo que la hemoglobina de los elefantes no puede hacer.
"Sin esta adaptación genética, los mamuts habrían perdido más energía en invierno y se habrían visto forzados a remplazar este déficit comiendo más.. hacia la extinción", dijo el profesor Alan Cooper, director del Centro Australiano de ADN Antiguo de la Universidad de Adelaida, que ha dirigido la investigación.
0 comentarios: